El árbol de la vida (The tree of life)





Enlace a la reseña de su banda sonora original en ''END TITLES'':



Año: 2011
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Terrence Malick
Intérpretes: Brad Pitt, Jessica Chastain, Sean Penn, Hunter McCracken
Música: Alexandre Desplat
Sinopsis: La película sigue el día a día de la familia O´Brien en los años 50, en especial de uno de sus hijos, Jack, quien como adulto vive atormentado por la pérdida de su hermano en la infancia y la difícil relación con su padre.

       El árbol de la vida, que sin duda es la obra cumbre de Terrence Malick, es una poética reflexión sobre el sentido de la existencia desde una perspectiva claramente religiosa y creacionista.

       En una secuencia durante los primeros minutos de metraje (quizá la más denostada por quienes no han conectado con el lirismo que desprende esta película, no la han comprendido o simplemente no perdonan al director tejano su convicción religiosa, como si para reconocer y disfrutar una obra de arte hubiera que estar de acuerdo con su posicionamiento ideológico), se nos presenta en una sucesión de bellísimas imágenes la historia del universo condensada en unos minutos: desde la Creación hasta el final de la vida, transmitiéndonos que Dios está en el principio y en el final de todo.

       Y es que el verdadero significado de la vida está en aceptar y celebrar la voluntad de Dios, por muy injusta e incomprensible que pueda parecer. Esto es lo que, en su redención, llega a entender el Jack adulto, quien sólo así alcanza la paz interior y la reconciliación póstuma con su padre.

       No en vano, en otro momento, la voz en off de la madre nos dice: “Hay dos caminos que puedes seguir en la vida: el de la naturaleza y el de la gracia. Debes decidir cuál de ellos vas a elegir.” Huelga decir que para Malick es el segundo el que, pese a ser más tortuoso, conduce a la Verdad.



       Finalmente merece ser destacado el nivel de sublimación que en esta obra alcanza el personal e inconfundible lenguaje fílmico de su autor. La elipsis narrativa, la captación de la naturaleza, el uso de la voz en off y el tono poético y contemplativo general de la película, junto con una banda sonora que mezcla la inspirada composición de Desplat con piezas clásicas, la elevan a un lugar difícilmente igualable en el panorama cinematográfico actual.

Valoración: 9.5 sobre 10.


Ignacio Santos.


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