MULHOLLAND DRIVE





Enlace a la reseña de la banda sonora en ''END TITLES'':



Año: 2001
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: David Lynch
Intérpretes: Naomi Watts, Laura Elena Harring, Justin Theroux, Ann Miller, Robert Forster
Música: Angelo Badalamenti
Sinopsis: Tras un accidente de tráfico que le causa una amnesia total, la atractiva Rita llega a la vivienda de Betty, una aspirante a actriz recién llegada a Los Ángeles, quien le ayuda a averiguar su identidad y su pasado al tiempo que entablan una intensa amistad.




            Nadie como David Lynch ha sabido traducir a lenguaje cinematográfico la sordidez que inunda la laberíntica mente humana. Con Mulholland Drive podría considerarse que el director de Montana completa un “díptico” iniciado unos años antes con Carretera Perdida (1996), ya que ambas narran historias gemelas. De hecho, hay quien va más allá y considera que las dos son la misma película con distinta excusa argumental. En todo caso, tanto una como otra son obras maestras que constituyen la cima del sugerente y desasosegante universo lynchiano.

            En la película que nos ocupa, como es habitual en el cine de su autor, éste teje una estructura narrativa consistente en entregarnos, una a una, las distintas piezas de un puzzle que sólo encajan al final. Entretanto, pasa ante nuestros ojos un desfile de personajes enigmáticos y rocambolescos que no son sino el reverso onírico de los componentes de un mundo real que resulta insoportable para la protagonista. Ésta, atormentada por unos remordimientos incontrolables, se ve abocada al abismo de la autodestrucción.




            La atmósfera turbadora que preside el film está magistralmente conseguida a través de los juegos de luces y sombras, de la presencia de amenazantes elementos surrealistas y del carácter simbólico de determinados objetos y colores que remiten a los hechos más traumáticos sufridos por la protagonista. Mención aparte merece la inquietante banda sonora compuesta por Angelo Badalamenti, colaborador habitual de Lynch. En ella, recrea a la perfección la tensión y el misterio requeridos para cada escena.

            No falta quien achaca a Mulholland Drive (y por extensión a la obra del sin par director) una deliberada ininteligibilidad al servicio de la ruptura de las convenciones. Sin embargo, no hay duda de que se trata de una lección de cine, oscuro retrato psicológico y obra mayor dentro de la cinematografía americana reciente. Tal vez lo ininteligible sea el comportamiento de la mente humana…

            Puntuación: 9


            Ignacio Santos.

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